El nadador Michael Phelps compartió la historia de su encuentro personal con la depresión durante un congreso sobre salud mental efectuado esta semana en Chicago, publica CNN.
“Uno llega a pensar en suicidarse”, dijo el ganador de 28 medallas olímpicas al público del cuarto evento anual organizado por el Foro Kennedy, un grupo activista a favor de la salud mental.
En entrevista de 20 minutos, Phelps habló sobre su batalla contra la ansiedad, la depresión y sus pensamientos suicidas, así como su habilidad atlética.
Cuando se le preguntó lo que hacía falta para ser campeón, Phelps, de 32 años, contestó inmediatamente, “creo que esa parte es muy fácil, mucho trabajo, dedicación, no desistir”.
La intensidad tiene su precio.
“En serio, después de cada olimpiada creo que caía en una depresión mayor”, dijo Phelps cuando se le preguntó cuándo empezaron sus problemas. En “cierto momento de cada año” a partir de octubre o noviembre notaba un patrón de emoción “que no estaba bien”, dijo. “Yo diría que probablemente en 2004 fue la primera depresión que tuve”.
Se trató del mismo año cuando Phelps fue acusado de manejar intoxicado.
Y en el otoño de 2008 hubo una foto donde Phelps aparecía fumando mariguana en una pipa de vidrio.
Las drogas eran la forma de huir “de lo que fuera que quisiera huir”, dijo. “Nada más me automedicaba, básicamente a diario, para tratar de arreglar lo que fuera de lo que estuviera tratando de escapar”.
La “caída más difícil” fue después de las Olimpiadas de 2012, explicó Phelps. “Ya no quería seguir en el deporte… ya no quería estar vivo”.
Phelps permaneció sentado solo en su recámara durante “tres o cinco días”, sin comer, casi sin dormir y “nada más deseando no estar vivo”, dijo.
Finalmente, supo que necesitaba ayuda.
“Me acuerdo haber ido a un tratamiento el primer día, iba temblando, temblando porque estaba nervioso por el cambio que se aproximaba”, dijo Phelps. “Necesita averiguar lo que estaba pasando”.
En cuanto empezó a hablar sobre lo que sentía, “la vida se volvió fácil”, señaló. “Me dije muchas veces, ‘¿por qué no hiciste esto hace 10 años? Bueno, no estaba listo”.
“Yo era muy bueno para hacer a un lado las cosas de las que no quería hablar, que no quería tocar”, dijo
Ahora ha incluido el manejo del estés en los programas que ofrece la Fundación Michael Phelps y colabora con los Clubes de Niños y Niñas de Estados Unidos.
Hoy Phelps comprende que “está bien no estar bien” y que la enfermedad mental “tiene un estigma y que es algo que seguimos teniendo que abordar a diario”, agregó. “Creo que por fin la gente entiende que se trata de algo real. La gente está hablado de eso y creo que es la única manera en que esto pueda cambiar”.
“Ésa es la razón de que estén aumentando las tasas de suicidios —la gente tiene miedo de hablar y de abrirse”, dijo Phelps.
Hoy, al compartir su experiencia Phelps tiene oportunidad de llegar a la gente y de salvar vidas —“y eso es mucho más poderoso”, dijo.
“Para mí esos momentos y esos sentimientos y esas emociones son años de distancia mejores que ganar una medalla olímpica”.
“Me siento extremadamente agradecido por no haberme suicidado”.