Si le preguntáramos a cualquier padre cuál es el primer alimento sólido que le ha dado a su hijo seguramente contestarían que los cereales de arroz. Un producto usado desde hace generaciones por su comodidad y precio, pero que siempre ha estado inmerso en la polémica debido a uno de sus componentes: el arsénico inorgánico. Los pediatras llevan años cuestionándose si el nivel de este compuesto que contienen es peligroso o no para los niños. En la actualidad, son muchos los expertos que admiten que aunque las cantidades de arsénico han disminuido en estos cereales, todavía la cantidad es seis veces mayor que en otros productos elaborados con cebada o avena, según pública este viernes The New York Times.
El arsénico es un compuesto que está presente de forma natural en las aguas subterráneas de varios países y es muy tóxico en su forma inorgánica, según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, es una de las 10 sustancias químicas que la OMS considera más preocupantes para la salud pública. “Su mayor amenaza para la salud pública reside en la utilización de agua contaminada para beber, preparar alimentos y regar cultivos alimentarios. Su exposición prolongada a través del consumo de agua y alimentos contaminados —como es el caso del arroz— puede causar cáncer y lesiones cutáneas. También se ha asociado a problemas de desarrollo, enfermedades cardiovasculares, neurotoxicidad y diabetes”, continúa el organismo internacional. “Aunque para la mayoría de adultos un consumo moderado de arroz no supone ningún problema de salud, en el caso de los más pequeños de la casa es distinto”, según la OMS.
De hecho, debido a su potencial peligrosidad, las recomendaciones internacionales para su consumo hablan de un límite de 200 microgramos de arsénico por kilo de arroz blanco para adultos y solo la mitad (100 microgramos) en el arroz que está destinado a la alimentación infantil.
Un nuevo estudio elaborado por Healthy Babies Bright Futures (HBBF) —asociación formada por científicos, grupos sin ánimo de lucro y donantes privados— ratifica este miedo y advierte, una vez más, de la necesidad de disminuir los agentes químicos en la alimentación infantil para que “su cerebro no sufra terribles consecuencias”. Lo mejor para paliar estos efectos “y más resolutivo es que los padres puedan tomar medidas inmediatas y muy útiles como no alimentar con cereales de arroz a sus hijos y si hacerlo con cereales compuestos por avena o cebada”, sugiere el grupo. En el mercado existe una gran diversidad de opciones hechas por otros tipos de cereal. “Los niños son especialmente vulnerables porque sus cuerpos son más pequeños y están más expuestos que el resto de la población a este alimento. También les afecta porque al ser un compuesto neurotóxico puede afectar a su cerebro en desarrollo”, añade.
Y hay pequeños que consumen mucho arsénico inorgánico. Un estudio elaborado en 2016 por la Universidad de Dartmouth (EE UU) concluyó que los niños que consumen más arroz (o productos que contengan este alimento, como aperitivos y tortitas) tienen mayores concentraciones de arsénico en la orina. Concretamente el doble de los pequeños que no consumían este alimento.
Para este nuevo informe, HBBF ha testado 100 muestras de cereales para niños que incluyen 45 productos elaborados por nueve compañías. “Nuestra investigación demuestra que las empresas necesitan hacer más esfuerzos inmediatos para reducir el arsénico en sus cereales. Dicha acción es requerida particularmente para proteger a los niños, que dependen del cereal como alimento básico”, subrayan en un comunicado. Tras el análisis, “no hemos encontrado ninguna evidencia que sugiera que alguna marca haya reducido sus niveles de arsénico en el cereal de arroz en comparación con dichos niveles encontrados en otros tipos de cereal, a pesar de nuestra lucha, en la que llevamos más de cinco años”.
En 2016, tras años de polémica, la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos tomó cartas en el asunto y adopto medidas para reducir la presencia de arsénico inorgánico en los cereales de arroz para bebés. “En relación con el peso, el consumo de arroz entre los bebés, principalmente en los cereales, es alrededor de tres veces superior al consumo entre adultos”, explicaba la agencia en un comunicado. “Además”, añadían que, “los datos sobre su consumo en EE UU muestran que las personas que comen la mayor cantidad de arroz (en relación con su peso) son los bebés de aproximadamente ocho meses de edad”.